En conclusión, la cuestión es si consideramos la creación o excluimos la creación. Si suponemos la creación, las edades casi “necesariamente” se van a medir de dos formas muy distintas.
Entonces, a mí como judío, no me preocupa que la ciencia afirme que el mundo tiene seis mil millones de años o más. En realidad para mí, los científicos estarían describiendo cuánto tiempo le hubiera llevado al mundo llegar a lo que fue si no hubiera sido creado por Dios. Nada más que eso.
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